La principal diferencia entre una tarifa indexada y una tarifa fija está en cómo se calcula el precio de la energía que pagas en tu factura de la luz.
- Tarifa indexada: el precio de la electricidad cambia cada hora en función del mercado mayorista de la luz (OMIE). Esto significa que puedes aprovechar los momentos más baratos del día para consumir más, consiguiendo un mayor ahorro si adaptas tus hábitos de consumo. Sin embargo, también implica que tu factura puede variar de un mes a otro, dependiendo de cómo evolucione el precio de la energía.
- Tarifa fija: con esta modalidad pagas siempre el mismo precio por la electricidad, ya sea en tramos horarios (punta, llano y valle) o con una tarifa plana de 24 horas. La ventaja es que te aporta estabilidad y previsibilidad, ya que sabrás de antemano cuánto vas a pagar por cada kWh, sin preocuparte por la volatilidad del mercado.
👉 En resumen: si buscas máximo ahorro y no te importa adaptar tu consumo a los horarios más baratos, la tarifa indexada es una buena elección. En cambio, si prefieres tranquilidad y estabilidad en tu factura, la tarifa fija será la opción más recomendable.
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